Te deseo todo lo que no tengo. Te deseo la poda de todas las espinas de la vida y alamedas cubiertas de arena suave para caminar, bordeadas de flores, con ruidos de arroyo, arrullos de palomas en las ramas y grandes bandadas de águilas entre las nubes.
¡Hay que reírse, caramba! ¡Viva la alegría!
Y mil besos desde el hombro hasta el cuello.
Y dos besos más en tus buenos y hermosos ojos.
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