domingo, 30 de mayo de 2010

Sigo hablando de tí, Sócrates, porque era verdad lo que dijiste sobre la inmortalidad.

¿Habrá algo más sencillo de entender? La sencilla misión del ser humano es hacer su alma tan buena como sea posible. Hace 2400 años se dijo eso en Atenas. Y hace 2400 años venimos haciendo precisamente lo contrario, como adolescentes. Los adolescentes aristócratas, los adolescentes burgueses... hacen con el mundo lo que con su cuerpo y su alma.

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