Una barrita de chocolate recibió desde la prisión, la esposa de Nelson Mandela, en una tarde de feliz o infeliz navidad. Apenas una barrita de chocolate, no más. Y ese prohibido chocolate hizo un escándalo. Y los que se creían dueños de Sudáfrica fueron heridos por un chocolate. Era la libertad, que disfrazada de un pequeño chocolate, hacía un escándalo en el país de la no libertad.
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