lunes, 13 de diciembre de 2010

Águila Real

Podemos encontrar un águila real en cada moneda mexicana, en cada bandera. Podemos hallar, que se declaran "águilas", millones de mexicanos aficionados al fútbol. Pero cuántos saben algo de las águilas verdaderas. No diré cuántos para evitar llorar.
A mí no me sorprende que existan pocos estudios de campo realizados en México, sobre el comportamiento y las costumbres del águila real, me parece lo más lógico: no podía esperar más de millares de "gobiernos" mexicanos profundamente antropocéntricos y profundamente ignorantes de todas las cosas.

En el año 2010, tenemos a 112 millones de mexicanos homo "sapiens", haciendo la guerra a 70 sobrevivientes parejas de águilas reales.

Las culturas americanas que poblaban este continente, la estimaban como el ave suprema. Su vuelo descendente representaba el caer de la luz sobre la tierra, el advenimiento de la energía vital del sol y, con las alas extendidas, simbolizaba la cruz que delimita los cuatro rumbos cósmicos y constituía, ella misma, el eje del mundo.

Eso fue, pasó, la cultura de la insensatez domina este mundo y, ahora, sólo los locos pueden suspirar con su vuelo descendente, con las alas extendidas.

Quedan 117 nidos de águila real en este país en proceso de destrucción, bueno, 118.

Sé que donando dinero no resolvemos nada(pero ni hablar):
http://www.aguilarealmexico.org/adopta_formulario_nivel1.php



Los lúcidos y los valientes, luchando unidos e incansablemente, conseguiremos que imágenes como ésta, no desaparezcan de nuestro planeta:

"En verano, al crepúsculo de la tarde, un águila de la estepa, lanzándose desde una nube, viene a posarse sobre la cima. Batiendo alas se deja caer sobre el túmulo, da torpemente dos o tres saltitos y comienza a limpiar con su corvo pico el negro abanico de sus alas extendidas, su buche cubierto de plumas color herrumbre. Despúes, soñolienta, se queda inmóvil, la cabeza hacia atrás, mirando el cielo ETERNAMENTE azul con sus ojos de ámbar engastados en negro. Como un bloque inmóvil de piedra preciosa, color pardo amarillento, el águila descansa antes de la caza nocturna. Luego se despega ligeramente del túmulo y echa de nuevo a volar. Antes de la puesta de sol, se verá más de una vez la sombra gris de sus alas reales surcar la estepa. ¿Hacia dónde la llevarán las ásperas brisas de otoño? ¿A la estepa de Mugan? ¿Quizá a Persia? ¿Tal vez al Afganistan?"

Campos Roturados, primera parte. Mijail Sholojov

PETONETS de Nuri Davidova, la irrefutable

2 comentarios:

  1. Pero qué belleza !!!

    Tere-nagulnova

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  2. Lo conseguiremos los lúcidos y valientes comunistas dirigiendo al pueblo y a los "verdes" de pacotilla (tradúzcase: verdes y sólo verdes. ¿Qué será eso? Ah, sí, un parche, algo sin contexto ni sentido.

    Tere-terrícola

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