He escuchado dicho aguacero entradas atrás, en el tiempo en el que lo han recomendado las sirenas, no vea usted como me he empapado. Me ha encantado su entrevista, pero me ha dado un poco de pena el entrevistador. ¿Podrá usted algún día darme la exclusiva exclusivamente?
Águila, me he emocionado al ver aquí a Pablo Guerrero, y compartir contigo ese patrimonio político-cultural de la "transición" (ja!)española. He escuchado la canción en tu nido y se me ha puesto la piel de gallina. ¡Y qué bien me ha sentado el aguacero, lo necesitaba!
Bueno, hasta mañana Y BONA NIT (buenas noches)! Que pases una tarde agradable. Nuri
Elena no de Troya, de Colombia, como anda desdiciendo el duende.
Elena de Troyalombia,
fue un aguacero heróicamente aportado por Nuri.
Usted traigame las preguntas que quiera. Yo veré las que respondo y las que no las pueda responder pues no las veré. Sencillo.
Pero No me pregunte sobre la tristeza, esos temas ecuménicos no los domino. No quiero decirle que, digamos, tristeza tiene sitiado el último reducto de mi corazón. Y que Alegría se defiende en la última trinchera.
Señor Águila:
ResponderEliminarHe escuchado dicho aguacero entradas atrás, en el tiempo en el que lo han recomendado las sirenas, no vea usted como me he empapado.
Me ha encantado su entrevista, pero me ha dado un poco de pena el entrevistador.
¿Podrá usted algún día darme la exclusiva exclusivamente?
Besos Colombianos
Águila, me he emocionado al ver aquí a Pablo Guerrero, y compartir contigo ese patrimonio político-cultural de la "transición" (ja!)española. He escuchado la canción en tu nido y se me ha puesto la piel de gallina. ¡Y qué bien me ha sentado el aguacero, lo necesitaba!
ResponderEliminarBueno, hasta mañana Y BONA NIT (buenas noches)! Que pases una tarde agradable.
Nuri
Elena no de Troya, de Colombia, como anda desdiciendo el duende.
ResponderEliminarElena de Troyalombia,
fue un aguacero heróicamente aportado por Nuri.
Usted traigame las preguntas que quiera. Yo veré las que respondo y las que no las pueda responder pues no las veré. Sencillo.
Pero No me pregunte sobre la tristeza, esos temas ecuménicos no los domino. No quiero decirle que, digamos, tristeza tiene sitiado el último reducto de mi corazón. Y que Alegría se defiende en la última trinchera.
Pero a esa última trinchera le he puesto el nombre de Stalingrado.
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